El ojo (de un grande)

lunes, 15 de febrero de 2010


Dijo el ojo un día:
-Mas allá de esos valles, semivelada por la niebla veo una montaña
El oído se puso a escuchar atentamente y dijo:
-¿Donde puede estar esa montaña que no la oigo?
Entonces hablo la mano:
-En vano busco y no palpo montaña alguna
-No puedo olerla, dijo la nariz ¡No hay ninguna montaña!
-Viendo esto el ojo se volvió a otro lado mientras todos comentaban su extraña alucinación
- ¨Algo debe estar pasando con el ojo¨ - decían

.....

¨No todos tenemos la capacidad para ver la montaña
Eso no equivale a que la montaña no esté ahí¨








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